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Arica

30 ago 2018

¿Qué es una Contractura Muscular?


¿Qué es exactamente una contractura muscular y cuáles son los síntomas?

Todos los músculos voluntarios de nuestro cuerpo tienen un tono (una tensión) basal (en reposo) que normalmente solo se verá aumentada por una orden motora voluntaria desde el cerebro o por un arco reflejo (a nivel medular). En el momento en que esa orden se genera, nuestro músculo o grupo muscular se activa y se contrae aumentando su tono hasta que dejamos de enviar esa orden. En ese
momento el músculo vuelve a su estado de reposo. Por lo tanto tendremos una contracción voluntaria y momentánea que durará el tiempo que nosotros precisemos hasta la consecución de su función.
Existen factores que van a hacer que esa contracción o ese aumento de tono muscular se produzca de forma involuntaria, y sobre todo que se mantenga durante horas e incluso días, ya sea en todo el músculo o solo en algunas de sus fibras. 

Esta situación va a provocarnos una gran impotencia funcional por varios motivos. 

Lo primero es la aparición de dolor, que será más o menos intenso dependiendo del grado de contractura, de la cantidad de fibras afectadas, de la zona muscular y
de la propia sensibilidad del individuo, y puede aparecer solo cuando demandamos ese músculo o, en casos más severos, incluso en el más absoluto reposo. 

Debilidad: Un músculo contracturado siempre va a ser un músculo débil ya que el aumento de tensión interno de sus fibras, va a ocluir las arterias que lo nutren disminuyendo el aporte de sangre, y por lo tanto de oxígeno y nutrientes. Si lo forzamos en esa situación, solo conseguiremos aumentar el dolor y el grado de lesión muscular.

Del mismo modo, al encontrarse el músculo con un metabolismo reducido por la falta de aporte sanguíneo, va a ver mermada su capacidad de recuperación y va a favorecer la aparición de otras lesiones tales como roturas fibrilares. 

Retracción: Al encontrarse el músculo en una situación de constante contracción, sus fibras van a verse acortadas, lo que mecánicamente va a limitar nuestro grado de movilidad aumentando también la tensión sobre sus inserciones (Tendinopatías) y alterando la posición de las articulaciones sobre las que actúe el músculo en cuestión (escoliosis, rectificaciones lumbares o cervicales…). Del mismo modo, comprimirá los cartílagos articulares al “encajar” con fuerza estas estructuras, dando lugar a otro tipo de afectaciones (Condritis, Artrosis, Artritis Traumáticas, o Condromalacia Rotuliana por ejemplo. Este tipo de dolencias, pueden venir también de una musculatura acortada (por falta de ejercicios de estiramiento) sin necesidad de que se encuentre contracturada.

¿Por qué se va a producir?

Una contractura muscular además de inducir la aparición de otras lesiones, como acabamos de ver, puede así mismo ser consecuencia de muchas de ellas, pues es la reacción lógica del cuerpo frente a la mayoría de agresiones, con el objeto de “inmovilizar” una zona, estructura o articulación dañada, dando lugar a un círculo vicioso que puede retroalimentarse y afectar a un gran número de estructuras. Uno de los ejemplos más claros de este efecto lo encontramos en la rectificación lumbar de las lumbalgias. Habitualmente, una contractura en un músculo es la consecuencia de una sobresolicitación del mismo, o sea, cuando le exigimos un trabajo superior en intensidad, velocidad o duración superior a lo que está acostumbrado o para lo que está preparado. Alteraciones estructurales varias ( escoliosis, pierna corta, etc…) van a hacer que nuestro sistema muscular trabaje desequilibradamente y sufra en modo de contractura muscular. Malas posturas a lo largo del día, o actitudes poco ergonómicas van a hacer algo parecido con el mismo resultado.
Alteraciones metabólicas, nutricionales o simplemente una mala hidratación pueden ser también causantes de este tipo de alteraciones musculares.

¿Cómo puedo prevenirlas?

El mejor método para prevenirlas es no hacer entrenamientos muy superiores a nuestra capacidad, un programa de fortalecimiento previo puede prepararnos para grandes cargas de trabajo. Del mismo modo, los estiramientos y ejercicios de flexibilidad van a dotar a nuestros músculos de una capacidad mayor de trabajo, una mejor recuperación post ejercicio, un mayor rango articular, lo que ayudará notablemente en su prevención. Un correcto calentamiento previo al ejercicio, una adecuada nutrición, descanso y una suficiente aunque nunca excesiva hidratación, así como un “enfriamiento”
progresivo tras el entrenamiento van a ayudarnos igualmente en la prevención de esta dolencia.

¿Qué debo hacer cuando ya se ha producido?

Una vez que la contractura está establecida, el reposo será imprescindible. Calor local, estiramientos suaves, higiene postural, masaje decontracturante, fármacos Miorelajantes y antiinflamatorios son terapias que emplearemos según cada caso y circunstancia. Y por supuesto, siempre que sea posible, corregiremos el factor lesivo para evitar seguras recaídas.


Somos profesionales del área de la salud, tituladas como Kinesiólogas, licenciadas en Rehabilitación. Atendemos a domicilio en Arica y nos especializamos en las áreas de Traumatología y Geriatria.

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